Valentín Barco parece ser local en Santiago del Estero. Desde el mismo momento en el que llegó, el público se lo hizo saber.En la puerta del hotel, siempre hay un hincha pidiendo ver a “Colo” y en el estadio es la referencia en todo momento.

A las 17.28 se dio la primera ovación para el lateral de Boca. Cuando la voz del estadio anunció su nombre, el “Único Madre de Ciudades” se vino abajo. Los gritos y la lluvia de aplausos fueron el combustible que le permitieron al lateral comenzar el partido a todo ritmo.

“Estoy muy agradecido con la gente por el cariño que me brindan en el día a día. Trato de devolverle ese cariño jugando y también, cuando puedo, fuera de la cancha”, le dijo a LAGACETA en la zona mixta.

VALENTÍN BARCO LAGACETA/FRANCO VERA

Nueve segundos tardó en ganarse la primera aprobación general. Ni bien inició el duelo, salió despedido hacia adelante a buscar un pelotazo frontal e intentó, de primera, meter un pase filtrado para Alejo Véliz. La bola no llegó a destino porque en el camino encontró la pierna de un defensor guatemalteco. Fue córner para Argentina y Barco se ganó más aplausos.

“Colo” tiene el desparpajo digno del potrero. Da la sensación que no siente la presión de un duelo oficial; mucho menos de un Mundial. Antes de los 10 minutos de juego ya había intentado ganar la “cuerda” en tres oportunidades, aunque en ninguna su centro logró ser preciso.

Valentín Barco se destacó en el partido contra Guatemala. LA GACETA/Franco Vera

“Es lindo que el público te aplauda”, dijo Barco; ese que en algunos pasajes del partido se permitió jugar para la “tribuna”. A los ocho minutos, recibió una pelota en el círculo central con el equipo volcado en ataque luego de un córner, casi parado como último hombre. La paró, esperó la llegada de un rival, la pasó de pie a pie y ganó un foul. Claro, los hinchas volvieron a aclamar su impronta y sus firuletes.

Fue participativo en casi todos los ataques de la Selección. Con Agustín Giay retenido por derecha, y con Juan Gauto haciendo “desparramos” por  ese sector; Barco fue una referencia ineludible cuando Argentina eligió el flanco izquierdo para atacar.

Sus desbordes se hicieron tan repetidos como explosivos y peligrosos; por eso el entrenador Rafael Loredo decidió doblarle la marca casi sobre el final del primer tiempo.

Barco confía mucho en sus condiciones. No tiene ningún reparo a la hora de encarar o de tirar un lujo. Y la aprobación general le da un plus en ese sentido, aunque también a veces le juega en contra.

Si hay un punto negativo en su actuación de ayer, es que abusó demasiado de la gambeta y no logró terminar bien las jugadas. “Hay que seguir mejorando. Como equipo estamos yendo de menor a mayor; paso a paso. Tenemos que seguir progresando en lo grupal y afianzándonos en el nivel individual”, admitió el pibe, que cuando fue reemplazado por Román Cordero Vega en el minuto 58, fue despedido con un furioso y contundente “olé, olé, olé... Colo, Colo”.

“Pudimos ganar y cumplimos el objetivo de clasificar a octavos de final. Tenemos que disfrutar y enfocarnos en lo que se viene, que será muy difícil”, concluyó “Colo” ese que en el aplausómetro popular, viene ganando por goleada.